El bruxismo es un trastorno común que afecta a muchas personas y se caracteriza por apretar o rechinar los dientes de manera involuntaria, especialmente durante el sueño. Este hábito puede provocar múltiples problemas de salud oral, como desgaste dental, fracturas, dolor de muelas y mandíbula, trastornos de la articulación temporomandibular y otros.
El estrés y la ansiedad son una de las causas más comunes del bruxismo. Durante los momentos de tensión emocional, nuestro cuerpo puede responder con la tensión muscular, especialmente en la mandíbula y la cara. Estos hábitos pueden llevar a apretar o rechinar los dientes involuntariamente, especialmente durante el sueño.
Los trastornos del sueño, como la apnea obstructiva del sueño, también pueden provocar bruxismo. Durante la apnea del sueño, las vías respiratorias se bloquean y el cuerpo responde con una tensión muscular para intentar abrir las vías respiratorias, lo que puede provocar bruxismo.
Otra causa del bruxismo pueden ser los problemas de alineación de los dientes. Una mordida incorrecta o una maloclusión dental pueden desencadenar el hábito de apretar o rechinar los dientes. En estos casos, el tratamiento del bruxismo puede requerir un tratamiento ortodóntico para corregir la mordida.
En algunos casos, el bruxismo puede ser un síntoma de trastornos neurológicos, como el enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Huntington. En estos casos, el bruxismo puede ser un síntoma temprano del trastorno y puede afectar a las personas de manera diferente.
El bruxismo puede presentarse de diversas maneras, dependiendo de cada persona. Aunque el síntoma principal de bruxismo es el apretamiento y rechinamiento de dientes, existen otros síntomas que se relacionan con este trastorno. Los síntomas más comunes del bruxismo son:
El tratamiento del bruxismo varía según la causa y los síntomas que presente cada paciente. Algunas de las opciones de tratamiento que se pueden considerar son:
El uso de una férula dental hecha a medida es una de las opciones terapéuticas más comunes para tratar el bruxismo. La férula dental, también conocida como protector dental, ayuda a proteger los dientes del desgaste excesivo, reducir la tensión muscular y mejorar la calidad del sueño.
La terapia cognitivo-conductual puede ser útil para aquellos pacientes que presentan bruxismo relacionado con el estrés y la ansiedad. La terapia puede ayudar a los pacientes a identificar y controlar los factores que desencadenan el bruxismo y a desarrollar habilidades para reducir la tensión muscular y el estrés emocional.
En casos más graves de bruxismo, los medicamentos pueden ser útiles para reducir la tensión muscular y tratar los síntomas asociados. Los medicamentos que se suelen prescribir son relajantes musculares, antidopaminérgicos, ansiolíticos y antidepresivos.
En casos muy graves de bruxismo y cuando otros tratamientos no han funcionado, se puede considerar la cirugía como opción de tratamiento. La cirugía se utiliza para tratar la maloclusión dental o para corregir problemas graves de la articulación temporomandibular.
Existen algunas medidas que se pueden tomar para prevenir el bruxismo o reducir su frecuencia:
El bruxismo es un trastorno dental común que puede causar problemas de salud oral graves. La causa del bruxismo puede ser una combinación de factores como el estrés, la ansiedad, los trastornos del sueño y la mala alineación dental. Afortunadamente, existen tratamientos efectivos para el bruxismo que pueden reducir o eliminar los síntomas. Si sospechas que padeces bruxismo, consulta con tu odontólogo para recibir un diagnóstico preciso y un tratamiento efectivo.